Elegante, clásico e incuestionablemente contemporáneo, el 1908 es una prolongación de la intrepidez original de Rolex. Heredero del patrimonio estético de la marca y de sus innumerables innovaciones en relojería, el reloj perpetúa la búsqueda de la excelencia de la marca. Este buen ejemplo de la proeza relojera de Rolex, con la certificación de Cronómetro Superlativo, lleva el clasicismo al futuro.
Desde la creación de la marca en 1908, Rolex ha mantenido la profunda convicción de su fundador, Hans Wilsdorf, para quien el futuro del reloj de pulsera era indisociable del rendimiento superlativo. El 1908 combina todos los atributos esenciales de un reloj de pulsera de cuerda automática según él: precisión cronométrica, hermeticidad, autonomía, confort y durabilidad.
Mientras que las innovaciones revolucionarias de Hans Wilsdorf se referían a las características técnicas del reloj de pulsera, también fueron fruto de una visión estética muy fuerte. La silueta de la caja, así como el diseño de la esfera del 1908 reinventan el espíritu clásico, pero muy moderno, de los relojes Oyster Perpetual originales. Como rasgo estilístico, su bisel sutilmente abombado y estriado atestigua la búsqueda de la delicadeza en todas sus formas.
Con los números 3, 9 y 12 y su segundero pequeño a las 6 h, el reloj 1908, disponible en oro amarillo o blanco de 18 quilates, así como en platino 950, reformula el estilo de un Oyster Perpetual de 1931 y le confiere absoluta modernidad. La esfera es un ejemplo de elegancia y sofisticación: Los números arábigos y los índices facetados en oro de 18 quilates sobre una esfera blanco intenso o negro intenso, o una esfera azul glaciar que presenta un motivo guilloqueado grano de arroz. Protegida por un cristal de zafiro abombado, presenta una escala de los minutos «ferrocarril» sobre el contorno de la esfera. El 1908 está equipado con unas agujas de estilos distintivos: el minutero tiene forma de espada de dos filos, mientras que una aguja con un círculo perforado marca las horas.
Al ofrecer un reloj que revela su movimiento a través de un fondo transparente, Rolex continúa innovando mientras mantiene su tradición relojera. El calibre 7140 cuenta con una masa oscilante recortada de oro amarillo con tres brazos, grabada con las palabras «Chronometer Perpetual», y con un rodamiento de bolas optimizado. El movimiento posee acabados extraordinarios, incluida la exclusiva decoración Rolex Côtes de Genève: una célebre decoración relojera tradicional, reinterpretada con una ranura pulida entre cada franja. La ventana, hecha de de zafiro prácticamente imposible de rayar, demuestra que, para Rolex, la estética del movimiento es tan importante como su rendimiento.