Rolex creó el Oyster Perpetual Sea-Dweller en 1967 para enfrentarse al desafío que presentan las misiones submarinas prolongadas. El Sea-Dweller está específicamente diseñado para el buceo de saturación. Gracias a su válvula de helio, puede soportar la descompresión durante el ascenso y controlar la vuelta a la superficie, la fase final de la exploración de aguas profundas.
En la década de 1960, el denominado buceo de «saturación» permitió permanecer a grandes profundidades durante largos periodos. Consiste en alojar a submarinistas en un hábitat de presurización, para así reproducir la presión que prevalece en su entorno de trabajo submarino. Así, no es necesario que se sometan más que a un único proceso de descompresión al concluir su misión.
Este proceso puede dañar el reloj. Los buzos respiran una mezcla de gases compuesta principalmente por helio, cuyos átomos son extremadamente finos y pueden penetrar la caja. De vuelta a la superficie, el helio atrapado dentro puede crear un fenómeno de exceso de presión interna responsable de comprometer su integridad.
Para superar este problema, Rolex presentó en 1967 el Sea-Dweller, un reloj de submarinismo con válvula de helio. Enroscada a la caja, consiste en un cilindro hermético, un pistón y un muelle que actúan como válvula de seguridad. Se abre automáticamente cuando la presión interna de la caja es demasiado grande, lo que permite que los átomos de helio se liberen.
La visualización Chromalight, exclusiva de Rolex, aporta al Sea-Dweller una legibilidad óptima en cualquier circunstancia. Los índices, las agujas, el chatón y el bisel están rellenos o cubiertos a mano de un material luminiscente que, en la oscuridad, tiene un color de emisión azul que permanece hasta el doble de tiempo que los materiales fosforescentes clásicos.
El Sea-Dweller está equipado con una corona de cuerda Triplock Esta corona enroscada se inventó en 1970 y cuenta con tres zonas de hermeticidad. Refuerza la impermeabilidad de la caja Oyster de 43 mm del Sea-Dweller, cuya carrura se trabaja a partir de un bloque macizo de acero Oystersteel, una aleación especialmente resistente a la corrosión.
Los exploradores y oceanógrafos, como Sylvia Earle, y los fotógrafos submarinos, como David Doubilet, están comprometidos con la preservación del océano y saben que es nuestro recurso más preciado. Llevan un Sea-Dweller para reflejar su pasión y compromiso.
Rolex también colabora con Comex (Compagnie Maritime d’Expertises) desde 1971. Desde hace varias décadas, el Sea-Dweller equipa a los submarinistas de esta empresa francesa especialista en ingeniería, tecnología e intervención submarina.